En qué se fijan las azafatas cuando subes al avión

En qué se fijan las azafatas cuando subes al avión

En qué se fijan las azafatas cuando sube el pasaje

Los auxiliares de vuelo son los principales responsables a bordo del avión, y de ellos depende la seguridad en el vuelo. De hecho, en su formación suelen figurar programas de defensa personal, una vieja reivindicación de estos trabajadores se ha satisfecho recientemente. A miles de metros sobre el suelo no hay espacio para ocultarse, correr o escapar si las cosas salen mal.De ahí que cuando una azafata revisa tu billete y te da la bienvenida, también vigila si le vas a dar trabajo. Eso incluye también a niños, ancianos, enfermos u otros viajeros con necesidades especiales a los que tendrán que ayudar durante el vuelo. Como explica la azafata Janice Bridger, con 25 años de experiencia a sus espaldas, “aunque intento dar la impresión de que pretendo que te sientas bienvenido y cómodo, también te estoy evaluando detenidamente”.

En qué se fijan las azafatas cuando subes al avión

En qué se fijan las azafatas cuando subes al avión

Estas son, según ese pozo sin fondo de sabiduría que es «Quora», aquello a lo que la tripulación de cabina presta atención.

¡Mira ese tío cachas!

Si mides dos metros y tus brazos tienen otros tantos de diámetro, es posible que recibas una mirada de arriba abajo por parte de la tripulación. Pero no, no se trata de una insinuación sexual. Bridger explica que, al menos en lo que a ella concierne, memoriza la cara de las personas más preparadas físicamente y su posición en el avión. “Son un recurso para mí”, explica. “En caso de que alguien ataque a otra persona o a mí, son mi tabla de salvación. Si creo que puede surgir un problema, discretamente le pregunto a una de esas personas si nos ayudaría en caso de ser necesario”.

¿Me lo parece o estás haciendo eses?

Número uno y más importante, no hay un tipo de viajero más peligroso e inestable que el viajero embriagado… o si no, que se lo digan a Melendi o a Peter Buck. “Si alguien parece estar borracho, no le queremos en el avión”, explica Bridger. “El potencial para que dé problemas es demasiado grande”. Como explica otra azafata que firma con el hombre de Amar Rama, “en caso de que tengamos que evacuar el avión, el objetivo es hacerlo en 90 segundos, y no quiero arriesgar innecesariamente mi vida porque una persona borracha o drogada no colabore”.
Es posible que el viajero no esté borracho, pero que empiece a dar problemas desde un primer momento, faltando el respeto a la tripulación o enfrentándose a otros viajeros. Lo que mal empieza, mal acaba. Como señala Myriam Mimi, que lleva trabajando para Condor Flogdienst desde el año 1994, “es extremadamente importante evitar toda posibilidad de tener problemas sobrevolando el Atlántico, por lo que prefiero solucionarlos en tierra”.

Cuanto tu problema puede ser de todos

¿Un viajero es ciego, minusválido, tiene problemas de movilidad o no conoce tu idioma? La azafata lo debe identificar pronto, para evitar que se siente en uno de los pasillos de evacuación. En caso de accidente de emergencia, dificultaría la salida del resto de viajeros: Bridger recuerda que este pasajero debe ser capaz de levantar un gran peso si ha de ser él quien abra la puerta y va a tener que acatar las órdenes que la tripulación le dé (de ahí lo del idioma).

Es importante tener localizados a estos pasajeros en caso de que ocurra algo grave, puesto que mientras el resto puede salir por su propio pie, estos necesitarán ayuda. Los auxiliares de vuelo deben cumplir a rajatabla la máxima de “nadie queda atrás”. Amar Rama explica que “si un pasajero no puede desplazarse por sí mismo, le pregunto cuál es la mejor manera para moverle sin hacerle daño en caso de emergencia”. Un tanto alarmante, pero más vale prevenir…

Cabe otra posibilidad, que el viajero parezca presentar una enfermedad contagiosa. Rama recuerda que en un espacio tan cerrado es fácil transmitir un virus al resto de viajeros (que, además, pueden presentar condiciones de salud muy diversas). La azafata recuerda que una vez pasó un mes de baja debido a “una terrible enfermedad” que cogió durante un vuelo. En caso de que el viajero presente problemas de salud o parezca estar indispuesto, es mejor solucionarlo en tierra que “a 10.000 metros sobre el suelo, donde las posibilidades de intervenir son reducidas”. Bridger añade que la tripulación tiene la potestad de negar la entrada a un pasajero cuya condición de salud no sea buena.

 Con esa maleta no entras

No falla. Si no se ha revisado en la puerta de embarque, en cada vuelo hay un puñado de pasajeros que intentan hacer pasar por la puerta del avión equipaje que no entra ni en los compartimentos superiores ni mucho menos debajo del asiento de delante, o que es demasiado pesado. Rama recuerda que eso puede lesionar a los auxiliares, y nadie desea que esto ocurra, porque habrá que buscar rápidamente un sustituto y, si no es así, el vuelo será cancelado. De ahí que la mayoría de aerolíneas especifiquen también el peso máximo de las valijas que se transportan a la cabina.

Algunas de estas situaciones son las que controlan los tripulantes de cabina de un vistazo nada más verte pasar por el finger de camino a la puerta del avión. Como bien hemos explicado un minucioso estudio nos cataloga a todos a la vez que nos dan la bienvenida a la aeronave. Seguro que la próxima vez que atravieses la puerta de embarque y subas al avión mirarás a la azafata y pensarás… ¿qué tipo de viajero seré yo esta vez?

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