Confesiones de pilotos que nunca contarían

Cosas que ocurren en un avión y el piloto nunca contaría

A la mayoría de las personas no les gusta volar, pero lo hacemos porque es el precio a pagar para poder conocer mundo. Y es que a 300 o 400 metros de altura no hay accidentes de tráfico y es el medio de transporte más seguro de todos, porque probablemente así sea. No obstante, como en todo en la vida siempre suceden anécdotas que quedan para el recuerdo. Ya se sabe que las cosas que ocurren en un avión son historias de altos vuelos, estas son anécdotas protagonizadas por pilotos, recopiladas o contadas por ellos mismos de forma anónima, que quizá hagan que te plantees cambiar tu próximo viaje al otro lado del charco por unas tranquilas vacaciones en caravana… o no. Historias que suceden en un avión y el piloto probablemente (con buen criterio) no te contará:

Despistes con final feliz

En una ocasión, el copiloto y el capitán de un avión se dieron cuenta de que dentro de la cabina olía a humo y que este olor provenía directamente de los pantalones de uno de ellos. ¿Estaba sufriendo una combustión espontánea? No. Lo que ocurría es que el copiloto tenía una botella de agua junto a sus piernas y la potente radiación solar que se filtraba por las ventanas estaba chamuscando el plástico. Así lo explicó su protagonista en la ‘newsletter’ sobre incidentes de seguridad aérea de la Administración Federal de Aviación (FAA), y añadía: “Al final, si el fuego se hubiera propagado, el procedimiento de emergencia hubiera sido muy simple: abrir la botella de agua y verterla». Sin embargo, admitió que ahora lo piensa dos veces antes de usar botellas de plástico en la cabina.

Claro que a veces tener un olfato demasiado desarrollado puede provocar falsas alarmas, como fue el caso de dos pilotos que declararon el estado de emergencia y se dispusieron a iniciar el aterrizaje en el aeropuerto más cercano después de apreciar un extraño olor a disolvente en el avión, cuando la azafata entró en la cabina para comunicarles que el problema era dos niños pintando con rotuladores.

Otros, en cambio, cometen errores mucho más importantes y no precisamente por ser cautos, como confundir la pista de aterrizaje. Así le ocurrió a un piloto cuya desorientación casi provoca un desastre: una vez había iniciado el aterrizaje, empezó a seguir una línea de luces verdes que creyó señalaban la pista, pero en realidad se trataba de una ruta de desvío y, por suerte, no había ningún obstáculo ni avión en su camino. En su confesión, admitió que había estado en aquel aeropuerto docenas de veces, pero que las luces le despistaron.

Obstáculos fuera y dentro del avión

«¡Despierta!», fue justo la frase que debió decirse a sí mismo este piloto de avioneta, que decidió emprender un viaje en solitario a altas horas de la madrugada y cuando se dirigía a repostar en un aeródromo se quedó profundamente dormido. Tan solo se despertó al estrellarse en un campo de algodón (al menos no fue de ortigas), y para su fortuna, sobrevivió.

Si bien otras veces los profesionales de la aviación necesitan tener sobrados reflejos para esquivar enormes trabas que se interponen en su camino. Como por ejemplo evitar la colisión con una fumigadora que pasó a ras del avión justo 30 metros por debajo. El piloto tuvo que virar el avión para impedir la tragedia y lo único que apreciaron los pasajeros fue una turbulencia. Más tarde se averiguaría que no había sido un error del conductor, sino del propio aparato que no identificó que había un obstáculo en su ruta.

No siempre el peligro tiene alas, también puede tener forma de máquina quitanieves: “De repente vi un quitanieves acercándose a la pista justo cuando iniciábamos el aterrizaje, pero ya no podíamos echarnos atrás”. Faltó poco, pero al final el avión pudo evitar el choque.

Tener un polizón a bordo, y más concretamente atrincherado en el baño, no es un obstáculo, al menos para continuar el viaje, pero deja a los miembros de la tripulación intranquilos, sobre todo cuando el pasajero sin billete acaba de escaparse de una clínica de desintoxicación, te mira con ojos desorbitados y está nervioso. ¿Cómo pudo colarse en un avión con la de controles de seguridad que hay, si cuando pasas por el arco de seguridad sigue pitando el cinturón y los zapatos aunque te los hayas quitado?? La respuesta son las prisas del personal de vuelo, que olvidó revisar todos los billetes porque el avión excedía en pasajeros y superaban el tiempo previsto de despegue.

Cosas que ocurren en un avión y el piloto no te contaría

Cosas que ocurren en un avión y el piloto no te contaría

Todos somos humanos y cometemos errores, por eso en aviación se redoblan esfuerzos y controles para evitar que despistes y fallos humanos puedan tener desagradables consecuencias. La misma máxima se aplica al trabajo que hacemos en lowcostparking.es, para garantizar tu satisfacción y la seguridad de tu coche cuando aparcas tu vehículo en el parking del aeropuerto.

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