¿Cuándo abrir la puerta de emergencia de un avión?
Todos los aviones comerciales de pasajeros van equipados con una o varias puertas de emergencia. Cuándo abrir una de estas puertas es una pregunta que deberíamos saber responder si solemos volar a menudo. Sin embargo es muy probable que ni con esas tengamos una respuesta demasiado clara: únicamente en caso de evacuación de emergencia. Esta pregunta, junto con ¿Se puede abrir una puerta en pleno vuelo? son preguntas muy curiosas que mucha gente se suele hacer. La respuesta es como casi siempre: depende (en la segunda).
Empecemos por cuántas puertas tiene que tener un avión. Cuando se diseña un avión de transporte nuevo, una de las primeras cosas que se debe de definir es su uso y el número de plazas que va a tener. A partir de ahí se deben de planificar muchos detalles importantes, entre ellos la evacuación de la aeronave en caso de emergencia. Se diseñan las rutas de salida y el comportamiento de la gente.
Por medio de software se simulan múltiples escenarios empleando algoritmos matemáticos. Con esta información se sitúan y se diseñan las mejores rutas de escape y la dirección en la que se deben de orientar las «sliders» (los toboganes o rampas desde los que se desciende del avión), el tiempo de despliegue, etc. Aparte de servir como medio de escape estos toboganes son también, por ley, embarcaciones de emergencia, conocidas en inglés como «rafts», útiles en caso de amerizaje.
En el mundo hay pocas cosas que estén mas reguladas que la aviación. En este tema todo
debe de cumplirse según la legislación vigente.
Para empezar, una puerta de avión es una puerta diseñada de forma que no se pueda abrir en vuelo. Se las suele llamar «Plug type» o de sellado. Es decir, que una vez situadas en su posición cerrada esta queda completamente bloqueada y no existe posibilidad de que pueda abrirse. En otras palabras, ella misma se sella utilizando la diferencia de presión que actúa sobre ambos lados de la puerta. Este tipo de puertas no son exclusivas de la aviación, también se utilizan en trenes, autobuses y escotillas de naves espaciales. En los aviones se utiliza porque funcionan perfectamente en condiciones de diferencia de presurización entre la cabina y la atmósfera. La presión más alta en un lado (cabina) obliga o fuerza a la puerta hacía el exterior, pero la puerta tienen forma de cuña, con lo cual se ajusta al zócalo, haciendo un taponamiento y sellando el compartimento de cabina, evitando de esta forma que se abra hasta que se libere la presión. Este tipo de puerta ademas ayuda a mantener la presión dentro de la cabina gracias a una junta de goma hinchable que evita que haya rendijas. Tras estas cuestiones técnicas vamos al asunto que a más de uno le rondará la cabeza.
¿Se puede abrir la puerta de emergencia de un avión en pleno vuelo?
El cine ha creado una fantasía que atormenta a quienes temen volar: a 11.000 metros de altura, una de las puertas del avión se abre por accidente o por la acción de un pasajero durante un descuido de la tripulación. Si eso sucediera, la cabina sufriría una violenta descompresión capaz de succionar a cualquiera que no estuviera bien sujeto al asiento, e incluso a quienes sí lo estuvieran pero hubieran tenido la desgracia de viajar demasiado cerca de la puerta.
En un vuelo comercial resulta imposible abrir las puertas, porque se desplazan solo hacia dentro. La diferencia de presión con el exterior es tal que para abrirlas haría falta una fuerza equivalente a la necesaria para levantar una tonelada con los brazos. Antes del despegue, las puertas entran en el aparato en ángulo y luego se ajustan al marco; durante el vuelo funcionan como un tapón que mantiene el aire en el interior.
El único momento en que es posible abrir una puerta de emergencia –o para que eso pase accidentalmente si no está bien sujeta–, es durante el despegue y el aterrizaje, cuando la presión exterior y la interior son similares. Si ocurriese el piloto abortaría el despegue o aterrizaría la aeronave si ya estuviera en el aire.
Algunos aviones especialmente diseñados, como ciertos modelos militares o los que suelen utilizar los paracaidistas, constituyen un caso especial. Estos a menudo no tienen cabinas presurizadas porque vuelan a mucha menor altura que los de las aerolíneas comerciales. Por eso es posible abrir las puertas en el aire sin dificultad ni peligro.
Ya sabéis, si no hay emergencia, mejor no abrir las puertas de emergencia y esperar a poder utilizar las de acceso y salida del avión cuando la tripulación nos dé paso. Si nos saltamos esta regla de oro, esto es lo que nos puede pasar.
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