Seguramente te has fijado alguna vez en el agujero de la ventanilla de los aviones y te has preguntado ¿para qué sirve?
Puede pasar inadvertido el pequeño agujero, pero tiene más utilidad de la que nunca habrías imaginado.
Viajar al lado de la ventana de un avión es lo más… nadie te molesta para ir al baño, te puedes apoyar mejor con la almohada y gozas de las mejores vistas y el mejor panorama de los lugares que sobrevuelas.
Las ventanillas de los aviones están formadas por tres capas distintas: la exterior, la intermedia (donde se encuentra el pequeño agujero) y la interior. Esta última es la que está en contacto con en el interior de la cabina. Las dos primeras forman parte del fuselaje del avión y se consideran “estructurales”: su rotura en vuelo supondría una descompresión explosiva que puede ser fatal. Sin embargo, la ventana interior es prácticamente decorativa. La función de esta ventana interior es básicamente evitar que los pasajeros no arañen los paneles exteriores.
Marlowe Moncur es director de tecnología de GKN Aerospace, empresa líder en fabricación de ventanillas para cabinas de pasajeros. Según su propia definición, «el respiradero, nombre oficial del agujero en cuestión, sirve como una válvula que permite que la presión del aire de la cabina de pasajeros y la del aire que hay entre el panel externo y el central se equilibren. Este pequeño agujero asegura que la presión de la cabina durante el vuelo se aplique sólo al panel externo, preservando así el panel central para situaciones de emergencia”.
Este agujero también ayuda a que no se empañe el cristal y a que no se acumule hielo en éste a pesar de los constantes cambios de temperatura que sufre la aeronave.
Como veis, este agujero de la ventanilla de los aviones puede pasar inadvertido, pero en su misma simplicidad se trata de una medida extrema de seguridad para que todos podamos disfrutar de vuelos seguros a bordo de cualquier avión.