La tendencia Slow llega también para enseñarnos una forma más placentera de viajar
El movimiento slow no es nuevo a pesar de que parezca que haya sido un «invento» de los últimos años: slow food, slow cook, slow life, slow travel, slow hotels…. Las prisas han fomentado una nueva forma de disfrutar de los placeres de la vida muy alejados del estilo americano que nos han tratado de imponer en las últimas décadas en las que todo se ha de consumir rápido y sin cesar. Carlo Petrini lo vio venir al horrorizarse cuando descubrió un nuevo McDonalds en la plaza de España de Roma. Por ello inició una cruzada contra la comida «prefabricada» que iba en contra del estilo de gastronomía meditarránea, y con él nació el Slow Food, que promueve la tradición local, los buenos alimentos y el conocer un lugar a través del paladar.
De esta forma de entender un placer como es la gastronomía se toma la idea del Slow Travel, en contraposición del turismo de masas, los paquetes vacacionales y todo tipo de forma de viajar «enlatada». Porque si las low cost hacen posible llegar a cualquier rincón del mundo, también nos hacen mucho daño al querer abarcar todo en dos días.
Buena muestra del auge del slow travel lo podemos ver en el aumento del turismo rural en los últimos años, uno de los mejores exponentes de lo que es el slow travel. También han proliferado nuevos negocios turísticos enfocados en recuperar la tradición del lugar, incluso en grades ciudades.
Slow travel es viajar sin prisas
El concepto de Slow City, nacido en Italia, en teoría abarca solo ciudades de menos de 50.000 habitantes. La idea es que el turista no entre en la rueda de viaje típico con visitas de monumento en monumento. Y es que, el irse de vacaciones, a veces, parece más una competición por “no perderse nada” que de unos días libres en los que disfrutar de las horas. Algunos de los requisitos para considerarse ciudad Slow sería poseer una arquitectura medioambiental, zonas verdes y peatonales y usar energías renovables, entre otros. En España cinco municipios crearon la Red de Municipios por la Calidad de Vida en 2008: Pals, Begur, Rubielos de Mora, Lekeitio y Mungia.
El movimiento cobra cada vez más fuerza, impulsado por su propuesta medioambiental, cada vez son más plataformas que organizan esta forma de viaje basada en experiencias de bajo impacto para el medio ambiente y alto valor para las personas interesadas en viajar. No obstante, el slow travel debe ser una actitud que todos los viajeros tomemos ante nuestro destino, para conocer el lugar, su gente y su cultura como lo hicieron los grandes viajeros de la historia.